lunes, 19 de septiembre de 2011

SALSA DE TOMATES DE VEGUELLINA DE ORBIGO



Esta no es una receta de cocina al uso. Es todo un compendio de colores, sabores y olores.

Tiene hasta un gatín chiquitín y juguetón.



Para muestra, las fotos.




Todo empezó un lluvioso domingo de los que nuestro norte gusta servirse con bastante frecuencia. Invitados por el amigo Y. dejamos el mar y las playas cubiertos de un pertinaz orvayu y encaminamos nuestros pasos hacia las vastas extensiones de la cálida y seca Castilla.

Nuestro amigo nos esperaba con sus padres y unos amigos.

Todos manos a la obra.



Y la obra era una gran tartera humeante, llena a rebosar de tomate, que A. removía constantemente con una cuchara de madera. Eulogio se preocupaba de que el fuego se mantuviese alegre para que la cocción no se detuviera en ningún momento.


Y ahora me toca a mi preguntar ¿ y qué le echan a parte de tomate?.

Dolores, la madre, vitalidad hecha mujer, 87 envidiables años, me cuenta:

Para 5kg.de tomates se echan 1kg. de cebollas, 1kg. de pimientos, unos calabacines, unas zanahorias y unos ajos ( la medida es un cuenco que Dolores forma con sus manos).

Y paciencia y revolver y más paciencia. Hay que sacar parte del líquido para que no rebose, se reserva y según se va secando se le añade.

El punto final lo dicta la experiencia, Eulogio es quien lo vigila y quien ordena el siguiente paso.




La minipimer. Se podría hacer con una turmix, pero de esta forma no se pierde tiempo y no se manchan más cacharros.



Cuando se considera que está bien homogénea, se coge un tanque para ir sacando poco a poco la salsa y echándola en el pasapurés, tarea bastante fastidiosa, pero que Eulogio hace sin pestañear y dejando sólo pulpa seca.


Como todo trabajo si se hace entre varios es más llevadero, uno se entretiene contando anécdotas y siempre hay algún mirón que más que ayudar estorba, o saca fotos......

La salsa se va echando en un hervidor, de ahí a una jarra con pitorru y ya a los frascos.

Es un espectáculo de color, de textura, de olor.....


En un gran caldero, que debe ser resistente al fuego, se van colocando ya cerrados los frascos.

Se ponen varias capas, para aprovechar bien el recipiente, se echa agua y


se tapa. En ese momento el fuego está alegre pues ahora tiene que romper a hervir para que los tarros se esterilicen.





y mientras todo esto sucedía, el resto de la compañía preparaba la mesa y se disponía a compartir una riquísima sopa de marisco, empanada casera, casera y tarta de manzana adornada con frambuesas recogidas en la huerta momentos antes de empezar a comer y como no una fuente de tomates y cebollas.

A media tarde nos dispusimos a volver a casa, pero con otra muestra de la enorme hospitalidad de nuestros anfitriones: tomates, salsa, mermelada de manzana, manzanas de dos clases, uvas verdes y negras, éstas con un peculiar sabor.

Y sobre todo con la sensación de haber estado entre buenas gentes.



Y el sol nos acompañó hasta pasar "El Negrón".















































































































































































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